el National Center for Biotechnology Information, apuntan a que los cambios en la percepción del gusto y el olfato, junto con alteraciones en la regulación hormonal, contribuyen a la disminución del apetito.
Quien mantenga a padres o abuelos habrá podido comprobar que, salvo casos concretos, no ingieren la misma cantidad de comida que la gente joven. Las personas tienen menos hambre a medida que se hacen mayores. Esto parece ser un fenómeno bastante frecuente a partir de cierta edad que, según algunas investigaciones, puede responder a los cambios en la percepción del gusto y el olfato, junto con alteraciones en la regulación hormonal.
No obstante, no sentir esa necesidad de comer puede llevar a deficiencias nutricionales que, con la edad, puede hacer que se pierda masa muscular, con todo lo que ello supone en términos de salud.
motivos de peso que hace que ciertas personas de edad avanzada no ingieran la suficiente comida son las afecciones médicas más comunes en las personas mayores, como los trastornos gastrointestinales o los problemas dentales, que inciden directamente en la pérdida del apetito, algo que también está relacionado con las alteraciones en la composición de la microbiota intestinal con la edad.
Además, la interferencia directa de algunos medicamentos, sobre todo antibióticos, en el déficit de comer, ha quedado demostrada, sobre todo por sus efectos secundarios o su capacidad de absorción de nutrientes de los alimentos.
Asimismo, los factores psicológicos, como la soledad y el estrés y, en especial, la depresión, así como la pérdida de capacidades cognitivas, agravan aún más los cambios en los hábitos alimentarios de las personas a medida que envejecen.
De hecho, en muchas ocasiones está relacionada con un cuadro depresivo.
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